domingo, 20 de septiembre de 2009

Entre líneas

"Te estoy viendo, mujer de aquella noche; te veo en la santidad de algún mugriento albergue del puerto, con la niebla fuera, y tú tendida con las piernas abiertas y el frío de los besos mortales de la niebla, y con olor a sangre en el cabello, un olor dulce como la sangre, tus medias desccosidas y rotas colgando en una silla desvencijada bajo la fría luz amarilla de una bombilla solitaria y sucia, en el aire flota olor a polvo y a piel húmeda, tus destrozados zapatos azules yacen tristemente a los pies de la cama, surcan tu cara las arrugas de la fatigosa infelicidad de un desflorecimietno y embrutecedora pobreza, tus labios de golfa y no obstante suaves, hermosos y melancólicos me gritan que vaya, vaya, vaya, vaya a ese desdichado cuartucho para colarme en el putrefacto éxtasis de tu forma, para darte una belleza tortuosa a cambio del infortunio y una belleza tortuosa a cambio de la ordiniarez, mi belleza a cambio de la tuya, la luz ennegreciéndose mientras gritamos nuestro triste amor y adiós al enreversado parpadeo de un amanecer gris que negaba a comenzar en serio y que en realidad nunca habría llegado a tener fin"

Arturo Bandini [Fante]

¿Todavía sigues intentado leerme entre líneas ramera? No tengo mucho más que decir cuando el oxido de mis frustraciones empieza a mutilar cualquier tipo de relación humana.

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