miércoles, 9 de septiembre de 2009

Queja nocturna a una voz

Si todo fuera tan sencillo como entretenerse leyendo un libro delgado pero sustancioso me reiría de la vida, sin embargo los días que transcurren parecen más un patético ejemplar de "El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha": cansados, aburridos, innecesarios, frustrantes y llenos de anecdotas inservibles.

Las palabras distinguen al hombre del animal, aunque cuando estoy entre tus piernas quisiera ser más un primate que un escritor de sueldo bajo sin ambición.
Encierrenme en un cuento de Oscar Wilde.

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